Desarrollado para proteger a los modernos motores de las temperaturas bajo cero y también de la corrosión de los metales blandos (aluminio, cobre, latón, soldaduras). Se utiliza con éxito como inhibidor de corrosión en circuitos refrigerantes de máquinas y de motores con aleaciones de metal. Es soluble en agua en cualquier proporción, obteniéndose soluciones claras y muy estables, que no atacan gomas y plásticos. La solución al 30% protege hasta -15°C.